Para la presentación audiovisual, necesitaba una voz que leyera los textos. Al instante, pensé en Carlos Kaspar (siempre voy a las representaciones de su grupo La Yunta). Iba esperanzada, pero también nerviosa (iba a plantearle a "Kaspar" que participara en mi proyecto). Es una persona muy amable y dada, pero siempre con millones de ocupaciones.
Mientras esperaba su llegada tomando mate con los miembros de La Yunta, se me fue pasando el nerviosismo. Cuando llegó, al instante comenzó a movilizar al grupo, así que tuve que frenarlo y decirle. Creo que casi no me dejó terminar de explicarle. "Sí, llamame y arreglamos". Me fui dando saltitos cuasi nena de jardín de infantes.
A pesar de estar ocupado con las últimas funciones de Dibuk, de dirigir Matrimonio 45, de estar por comenzar Petróleo, de dirigir La Yunta y vaya uno a saber cuántas cosas más, se dio el tiempo para grabar mis textos.
Escucharlo mientras grababa fue muy emocionante. Había escrito esos textos y los había leído un montón de veces, pero Carlos me hizo redescubrirlos. Les dio vida.
Cuando terminó, me encantó escucharlo decir: "Son muy cinematográficos".
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